Para la vigésima primera edición del Rencontres internacionales du documentaire de Montreal (RIDM) creado en 1998 se buscó recuperar los elementos centrales de la identidad visual del festival.
El equipo de diseño sebasó en la geometría del logotipo para crear un sistema de pliegues que revelen fragmentos de información e imágenes. La paleta en blanco y negro está respaldada por un vibrante estallido de amarillo, creando un fuerte contraste que se hace eco de la naturaleza provocativa de la programación del festival.