El proyecto es un rediseño integral de la identidad que se centra en solucionar los problemas idiomáticos de la marca y en mejorar su comunicación en todos los canales dado que la organización estaba perdiendo personalidad y desdibujando sus valores.
Antes
Después
La ONG tiene presencia en más de 50 países con nombres diferentes y que provocaba que se conociera la declinación local, pero no la global. Por ejemplo, en Francia es Action Contre la Faim; en España, Acción Contra el Hambre y en Estados Unidos Action Against Hunger. Las signas ACF no se entendían en países no francófonos por lo que fueron desapareciendo y eso también provocó un sistemático desconocimiento de la globalidad de la organización. La propuesta de la agencia Johnson Banks, fue que todos los países incorporaran las siglas ACF pero dando protagonismo al nombre ‘Action Contre la Faim’ es su idioma local pero siempre con un con un sistema visual idéntico y con el mismo símbolo protagonista.
El nuevo sistema unifica la imagen de todos los países
Acción Contra el Hambre siempre ha tenido un símbolo que representaba un árbol y sus raíces pero para las nueva generaciones su significado no era claro. Por eso, se trabajó en matizar su ambigüedad, dibujando con claridad comida y agua, los dos elementos básicos para la vida digna de cualquier persona.
Desde Acción Contra el Hambre explican que para ellos era fundamental que el nuevo símbolo comunicara el trabajo de la ONG –es decir, proveer de comida y agua a los desfavorecidos– porque “si estamos en una zona de guerra en Mali y no se puede leer nuestro logotipo, necesitamos que el símbolo exprese qué hacemos.” Y lo consigue porque representa alimento y agua gracias a un dibujo sencillo, equilibrado y muy visible.
Los colores originales, el verde y el azul, se mantienen pero en el nuevo diseño son más luminosos, lo que aporta viveza a la marca. Y otro recurso gráfico que desde mi punto de vista es muy acertado es el uso de la tipografía Futura Bold para todas sus comunicaciones. Ya sabemos que Futura es una tipografía que no pasa de moda, que siempre aporta personalidad y que funciona en todo tipo de soportes y, en este proyecto, también aporta solidez, como si la voz de la ONG fuera rotunda.
Lo vimos en BRANDEMIA.