Todos los 8 de marzo se conmemora en todo el mundo la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos. Desde nuestro blog adherimos a la conmemoración y el compromiso que significa trabajar desde la Comunicación Visual por una sociedad igualitaria e inclusiva. Si no conocés la historia de una de las piezas gráficas icónicas de la esta lucha, te la contamos en este posteo.

We can do it! es un cartel (verdadero ícono de la cultura popular) diseñado en 1942 que se ha vuelto un símbolo de la lucha de la reivindicación de los derechos de igualdad y empoderamiento a nivel mundial de las mujeres. Curiosamente en su origen, concebido como una forma de incentivar el trabajo de las mujeres durante Segunda Guerra Mundial, fue un incentivo para que las mujeres puedan buscar la igualdad al lado de el género masculino.

El cartel fue diseñado por el artista J. Howard Miller a pedido de la Westinghouse Electric & Manufacturing Company. También conocido como Rosie the Riveter, la ilustración de la mujer está inspirada en Naomi Parker Fraley (fallecida el 20 de enero de 2018 a los 96 años), un trabajadora californiana que remachaba piezas de aviones de guerra.

Su rostro se volvió conocido en la década de 1940 (varias revistas publicaron la imagen en 1943) cuando millones de mujeres estadounidenses tuvieron que trabajar en tareas hasta ese momento realizadas sólo por los hombres durante la guerra, trabajando no solo en trabajos de remachado, sino también en trabajos de soldadura, enfermería y otros, manteniendo sus ocupaciones tradicionales como madres y amas de casa. De hecho, de 1940 a 1944, el porcentaje femenino de la fuerza laboral general aumentó del 27% al 37%, y al final de la guerra, el 25% de todas las mujeres casadas tenían empleos fuera del hogar.

El cartel fue redescubierto entre fin de los 70 y principios de los 80 pero resignificado a partir de la la frase Podemos hacerlo (We can do it!) que se transformó en una manera de convocar a las mujeres a trabajar con fortaleza por el reconocimiento de sus derechos y popularizándose como un signo representativo de la mujer tal como lo conocemos en la actualidad. La mirada, el brazo de una mujer trabajadora mostrando su puño cerrado son un signo recuperado por la cultura popular e instalado como un símbolo poderoso del empoderamiento de la mujer en la sociedad. ¡Buen día para todas!