En Galerías de Parque de España. Entrada libre. Abierta de martes a domingos de 16 a 21. La muestra permanecerá abierta hasta el 6 de febrero de 2011. Solicitar turnos para visitas guiadas de instituciones educativas al 426 0941 o a: visitasguiadas@ccpe.org.ar.
Gustavo Cochet (Rosario, 1894 – Funes, 1979) estuvo en Barcelona cuando estar en Barcelona era jugarse el pellejo, con las balas de la falange de un lado, las de la República del otro. Y estuvo también antes, cuando Barcelona era una fiesta y la modernidad y la vanguardia eran otra jugada permanente que tuvo nombres que hoy son parte de la historia: Joan Miró, Joaquín Torres García o Pablo Picasso, que expusieron, como Cochet, en la galería Dalmau.
Sobre el “dibujo firme y las formas sólidamente construidas” de Cochet escribió Torres García en 1930, y de sus motivos pictóricos: “aspectos de suburbio, muelles, fábricas, obreros, gentes del pueblo y del trabajo”, temas —subrayaba el uruguayo— “que piden para ser representados un arte viril como el de Cochet”.
Como Francisco Goya, Cochet llevó a la pintura aquella atroz visión de la Guerra Civil de España en sus Caprichos; como anarquista, participó activamente de la CNT (la confederación de los tra- bajadores) y como otros artistas íntegros de su época llevó sus convicciones y sus reflexiones a sus diarios, que se publicaron en Santa Fe en los varios regresos del artista a su tierra natal. Cochet utópico, la fundamental muestra sobre el pintor nacido en Rosario en 1894 y muerto en Funes, Santa Fe, en 1979, quedará inaugurada el 18 de noviembre en Galerías. Además de las pin- turas que tienen como modelo a su esposa catalana, Francisca Alfonso, además de los magníficos Caprichos, la exposición ofrece fotografías y pinturas reencontradas tras guerras y saqueos entre América y Europa. La obra pertenece al museo, ex taller y casa del artista en Funes.
El relato de las curadoras e investigadoras María Eugenia Prece, Sabina Florio y Laura Rippa, así como la investigación encarada en la Universidad de Barcelona, con tutoría de Antoni Laporte, dan cuenta no sólo de la obra de un artista magistral, sino de una época que se asomaba al abismo.