A esta altura no es ninguna novedad, se murió Steve Jobs. Este posteo no tiene la intención de ser una gran reflexión o reseña sobre sus aportes a la historia contemporánea; es simplemente una manera más de decir gracias, a alguien que tuvo la lucidez de rodearse de gente que nos permitieron y nos permiten disfrutar de la tecnología.


Mi primer computadora fue una Mac Classic II hasta la MacBook Pro con la que convivo a diario. En el camino pasaron unas 10 Macs bautizadas todas, con nombres curiosamente nada creativos (digo curiosamente porque este texto está inspirado en un gran innovador), la cascote, la tortuga, la espacial, la blanquita, la celeste, la grandota y actualmente, la plateada. Para mi, Mac no es una computadora, es la posibilidad de disfrutar la tecnología y el diseño.  Por eso, me sumo a los miles de personas que seguramente, hoy nos acostamos con una sensación de tristeza porque alguien (que no conocemos en persona) ya no está fisicamente entre nosotros pero que seguirá haciéndose presente cada vez que encendamos una computadora y se nos aparezca una tentadora manzana mordida.

Reposteado y visto en millones de ocasiones (este en particular 1736704), termino con el video del discurso de Jobs en Stanford en 2005 donde habla sobre Apple, los sueños, la vida y la muerte.

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