Coca-Cola y un proyecto de doble función de las etiquetas de sus clásicas botellas. Además de ser un signo identificador se convierten en pulseritas para ingresar a festivales de música. Una idea simple pero efectiva desde el punto de vista de permanencia de marca en una pieza de comunicación visual.
Las etiquetas una vez consumida la gaseosa se convierten en una pulsera que permite a sus portadores ingresar a distintos festivales de música en Rusia.
Sin embargo, la acción no es tan simple sino que requiere de la descarga de un app que permiten descubrir si la etiqueta es ganadora o no a partir de escanear un código.
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