Cultivare es un vino cuya imagen surge de un trabajo muy particular. Un proyecto consistente en 5.000 etiquetas exclusivas y con una historia única desarrolladas uniendo música, danza y expresión corporal. Mirá de qué se trata en el posteo.


El proyecto es del estudio Ladyssenyadora y se origina a partir del pedido de la bodega Vallformosa para elaborar las etiquetas de su nuevo vino Cultivare, una tirada baja de alta gama alta que quería posicionar a la bodega dentro del mundo de la cultura.

Los autores del desarrollo se dieron cuenta que Cultivare (que etimológicamente es la raíz latina de cultura) tenía que ser mucho más que una botella de vino. Con la libertad que les brindaba su cliente comenzaron a idear un plan para hacer de este vino una obra de arte total que traspasara todas las fronteras del diseño convencional de una etiqueta de vino.

Luego de idear una performance de diferentes disciplinas: danza, música, pintura, vídeo y, también, la propia elaboración del vino obtuvieron 5.000 etiquetas, todas únicas y diferentes, pintadas a través de los movimientos de unos cuerpos que danzan sobre ellas al son de una pieza musical original creada por Miguel Marín.

Cultivare tuvo lugar el 13 de abril de 2016 en la sala de tinas de la bodega Vallformosa. El proyecto se ideó como un espectáculo de danza sobre un tatami de etiquetas de vino en blanco. Desde el techo, una lluvia de pintura (amarilla en caso del vino blanco, rojo por el tinto) mojaba los papeles y los artistas que, con sus movimientos, iban tiñendo, salpicando y marcando cada una de las etiquetas. El espectáculo se repitió hasta 6 veces para obtener las 4.674 etiquetas necesarias para vestir los vinos Doménech.Vidal. Solo un grupo de personas muy reducido pudo presenciar ese momento ahora convertido en vino.

Lo vimos en GRAFFICA.