Las posibilidades de la letra impresa para influir en el lector utilizando como analogía la música es el eje de este artículo titulado La tipografía como cantante, escrito por Silverio Contreras y publicado recientemente en FOROALFA.
La capacidad de la letra para influir en la relación entre el texto y el lector.
El conjunto de signos tipográficos y sus formas tienen un papel importante a la hora de transmitir un mensaje en el contexto de cualquier disciplina. Toda tipografía, en teoría, debería poder transmitir el mensaje de una manera eficaz, siendo lo importante el contenido del texto, la información, su sustancia.
Pero, ¿es en verdad «cualquier tipografía» capaz de transmitir el mismo mensaje? Pensemos en una melodía cantada por dos personas diferentes, dos excelentes cantantes, la única diferencia es que una persona es cantante de ópera y otra cantante de rock. La letra de la canción es exactamente la misma, incluso el acompañamiento musical es igual, pero al momento de la interpretación, la misma canción sonará completamente diferente. Seamos aún más drásticos. Pensemos ahora en dos cantantes de ópera, ambos la interpretan con maestría. La diferencia será en este caso que uno es soprano y el otro barítono. Si bien las interpretaciones de ambos se parecerán más entre sí, no serán iguales.
Llevemos esta idea al campo de la tipografía. Aun tratándose de un mismo texto, la «canción» no sonará —en este caso, no se leerá— del mismo modo que si es «cantada» por una Bodoni, a si lo es por una «Frutiger», cada una digna representante de los tipos con y sans serif, respectivamente. Y aunque utilicemos dos tipografías del mismo tipo, por ejemplo una Futura Bold y una Helvetica Light, barítono y soprano, cada una tendrá un rendimiento diferente y transmitirá el contenido del texto de modo distinto.
En el diseño gráfico la selección tipográfica es muy importante en la medida de las necesidades propias de cada trabajo o de la idea que se desea transmitir. Pero lo que quiero destacar es el aspecto discursivo del caracter, de la forma de la letra, y su capacidad de influir en la reacción que se produce entre el texto y el lector. Lo que lleva al tipo de letra a ser el conducto idóneo del mensaje, intención, idea o hasta sentimiento.
La intención de las palabras en el lenguaje oral depende mucho del tono de la pronunciación: el enojo se percibe con gruñidos, el dolor con quejidos, la alegría con risas y otra tanta gama de sentimientos y sensaciones producto de otras formas de expresión que se funden con el habla. Del mismo modo, la tipografía puede percibirse de un modo u otro modo dependiendo de las formas que adopta, de la palabra a la que significa y de su contexto gráfico o literario. Una letra puede «gritar» si su tamaño es grande y sus formas son filosas o geométricas. O puede estar riendo si sus formas son amables a la vista.
Tomando como base estas comparaciones se puede tener más en cuenta la elección de tipos de acuerdo a la forma y manera en que dan a conocer el mensaje intrínseco del texto al que dan forma. La próxima vez que tengamos ante nosotros un trabajo de diseño que requiera una sabia elección tipográfica tendremos que hacer un casting muy estricto para elegir al mejor «cantante».